INTRODUCCIÓN 

Los profesionales y futuros profesionales de la salud, necesitamos, además de conocimiento y experiencia sanitaria, establecer una comunicación efectiva, asertiva y empática con el paciente. Una buena comunicación, puede generar una mayor adherencia terapéutica y satisfacción al paciente, la asertividad nos permite dialogar tomando en cuenta diferentes puntos de vista para llegar a un mejor entendimiento entre ambas partes, y al ser empáticos hacemos sentir que los problemas del entorno del paciente también son importantes (1). Para que esta relación funcione adecuadamente, es necesaria la confianza mutua; sin embargo, esta confianza se ve alterada cuando los profesionales de la salud no manejan una buena comunicación y se limitan a basar su diagnóstico usando equipos tecnológicos, usando un lenguaje técnico que ellos poco entienden, llevando a que se generen dudas, que serán resueltas en muchos casos por personas poco capacitadas que sí cuentan con la disposición y tiempo de escuchar a sus usuarios (2). Estos problemas de comunicación afectan radicalmente a los programas de salud para la prevención y tratamiento de enfermedades, ya que los pacientes no se sienten escuchados, valorados, ni mucho menos comprendidos. En este ensayo desarrollaremos los efectos que una mala comunicación en el sector salud puede traer a la población. 

DESARROLLO

Los pacientes con frecuencia se quejan de que los médicos y profesionales de la salud, no los escuchan, y sienten que solo son un número o una ficha por atender, por lo que para ser un buen profesional de la salud no basta con tener los conocimientos, sino que también es necesario saber escuchar y comprender. Los pacientes aprecian que el profesional de la salud actúe interesado, empático y comprensible, y que transmita confianza al evaluar su padecimiento, ya que escuchar y generar un diálogo de retroalimentación, puede ayudar a comprender de mejor manera el problema del paciente y a tomar mejores decisiones con respecto al tratamiento. La consulta médica, por ejemplo, no debería centrarse en la enfermedad, sino en el paciente como persona, ya que al aplicar un enfoque biopsicosocial se logran tres objetivos , que son, la recopilación de información, una relación saludable entre el médico y el paciente, y la educación positiva del paciente; por ello, los pacientes deben sentirse con la capacidad de hablar sin interrupción, para ello, se necesita dar al paciente la oportunidad de comunicar lo que desea, para mejorar la adherencia y los resultados (3).

El desinterés del profesional de la salud al no atender la parte emocional del paciente, ocasiona angustia y contribuye a que el paciente no aporte los datos necesarios, y en consecuencia se elaborará una historia clínica incompleta, que puede llevar al planteamiento de un diagnóstico inadecuado, retrasando su recuperación (2).

Desde el punto de vista del paciente, una de los efectos negativas más frecuentes de una mala comunicación, se da en la incomprensión tanto del diagnóstico como del tratamiento indicado, lo que promueve y posibilita la falta de adherencia terapéutica por parte de los pacientes, así como en la pérdida de confianza y en muchos casos, la falta de respeto hacia los profesionales de la salud. Diversos estudios coinciden en que hay una relación directa entre la comunicación defectuosa del profesional de la salud y las demandas por mala práctica interpuestas por usuarios de los servicios de salud. (4)

Una mala comunicación, desde el punto de vista de un profesional de la salud, puede afectar radicalmente a los programas de salud para la prevención y tratamiento de enfermedades, y a largo plazo, no se lograrán las metas propuestas por las autoridades sanitarias con respecto a distintas enfermedades. 

CONCLUSIÓN:

En conclusión, uno de los efectos más preocupantes de una mala comunicación en los servicios de salud, es el no poder establecer el adherimiento de los tratamientos a los pacientes. Además, si no se logra una buena comunicación, el profesional de la salud no podrá comprender las preocupaciones reales de los pacientes y por consiguiente generará desconfianza en este. Entonces, resulta necesario poner en marcha diferentes estrategias y acciones que permitan a los profesionales de la salud estar capacitados y ganar confianza, para poder dar respuesta a las necesidades de los pacientes desde una perspectiva integral, lo que finalmente llevará a lograr mayores índices de satisfacción del paciente y del profesional, así como obtener resultados positivos en los programas de salud.

Bibliografía

1. Redalyc.org. [citado el 15 de diciembre de 2022]. Disponible en: https://www.redalyc.org/journal/4577/457767703017/html/#:~:text=Importancia%20de %20las%20estrategias

2. Sánchez Arrastía D, Contreras Olivé Y. La relación médico-paciente y su importancia en la práctica médica. Rev cuba med mil [Internet]. 2014 [citado el 15 de diciembre de 2022];43(4):528-33. Disponible en: https://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0138-65572014000400011

3. Paola Forguione-Pérez V. Comunicación entre médico y paciente: más allá de una consulta, un proceso educativo [Internet]. Org.co. [citado el 15 de diciembre de 2022]. Disponible en: https://www.scielo.org.co/pdf/muis/v28n1/v28n1a01.pdf

4. Gob.mx. [citado el 15 de diciembre de 2022]. Disponible en: https://www.conamed.gob.mx/gobmx/boletin/pdf/boletin5/comunicacion_factor.pdf