¿Es importante la formación en competencias comunicativas del profesional de salud en formación durante el pregrado, para establecer una adecuada relación profesional de la salud – paciente?

02.12.2022

Kyara Esther Macharé Rojas

El presente trabajo tiene como postulado la comprobación de que, durante el curso de estudios en pregrado del futuro profesional de la salud debe estar implementada la formación en competencias comunicativas para que, a futuro, dicho profesional establezca y mantenga una idónea relación profesional de la salud-paciente.

Por muchos años la relación profesional de la salud-paciente era lo más habitual e intrínseco como para hablar o escribir sobre ella ya que se tomaba por hecho su inclusión en el trabajo tanto del médico como del enfermero, es decir, es la coincidencia entre conciencia y confianza. Asimismo, la relación profesional de la salud-paciente se ha considerado desde siempre un punto de confianza, en el cual el paciente acepta la ayuda brindada por el profesional de la salud para así mejorar su salud (Cervera, 2020).

Actualmente, debido a los cambios que han venido modificando la actividad médica, tales como: el desarrollo de la ciencia en general, en especial de la ciencia médica, lleva a la tendencia de ultra especializarse, lo que conduce a la desconsideración de la integridad y complejidad del ser humano en donde se lo vería como un simple caso a tratar; la barrera tecnológica entre el médico y paciente impuesta por la sofisticación de los tratamientos de diagnóstico y terapia; y el acoplamiento de las leyes de mercado, las cuales han provocado que el paciente sea visto como una oportunidad de lucro y no como alguien con dolencias que necesita ayuda (Mendoza F., 2018). Haciendo una comparación cuando la medicina era más sencilla, se evidencia que los recursos del personal sanitario derivados al paciente se basaban más en sus capacidades de comunicación interpersonales y/o su relación con el paciente, que en los recursos externos, como la tecnología, medicamentos más eficaces u otros avances de la ciencia y tecnología moderna (Cervera, 2020), con esto no se quiere decir que los avances científicos sean una barrera entre el médico y el paciente sino que sean facilidades sin dejar de lado el sentido íntegro y humano del enfermo, lo cual se logra con comunicación asertiva. De lo contrario, la insatisfacción de los usuarios de los sistemas de salud ha de crecer, lo que deriva al declive de los valores éticos profesionales y a poner en tela de juicio la capacidad del médico por la opinión pública (Mendoza F., 2018).

Basándonos en la comunicación asertiva acompañada de escucha activa para con el paciente o entre colegas como prevención y solución de las consecuencias antes mencionadas, se puede inculcar desde inicios de la carrera (pregrado) y continuando hasta en grados superiores (posgrado) a pesar de que la educación médica llega a ser una experiencia realmente estresante y a veces abrasiva, lo cual es probable que genere cinismo e insensibilidad. Así, en todos los niveles del plan de estudios de las universidades se combinarían habilidades didácticas, habilidades de aprendizaje y habilidades de comunicación, ya que, a medida que los futuros profesionales de la salud se van formando se enfrentarán con situaciones cada vez más complejas, y las habilidades interpersonales, al igual que otras, se beneficiarán de ese refuerzo. Asimismo, en dicho plan curricular se debe incluir para el estudiante el control de calidad de la enseñanza, es decir, heteroevaluación de los estudiantes a los docentes, y una cantidad relativamente baja de estudiantes por maestro porque se les estaría proporcionando múltiples oportunidades para la práctica y la retroalimentación adecuada y oportuna. Además, se debe de tener en cuenta el trabajo cooperativo entre profesionales de la salud y otros especialistas, como científicos sociales y/o del comportamiento, ya que esta asociación tiene un efecto persistente en habilidades específicas que se quieren mejorar, y hay una gran probabilidad que dicho efecto tenga una mayor incisión si hubiera coordinación entre maestros y cursos en todos los grados de la formación del futuro profesional de la salud (Simpson et al., 1991).

Aplicando el plan de estudio, los estudiantes se convertirían en comunicadores efectivos que dominan tanto conocimientos como habilidades y actitudes. De esta manera se desenvolverían y desarrollarían un buen papel durante la entrevista (consulta médica), la cual es esencial ya que la mayor parte de la información viene de ahí. Algunas habilidades necesarias dentro de la consulta médica con las de recopilación de datos, establecimiento y mantenimiento de relaciones de confianza, saber cómo manejar temas difíciles y dar información de manera clara y precisa; además de habilidades y estrategias terapéuticas que pueden definirse con criterios, por lo que se pueden enseñar y evaluar. A pesar de que la experiencia apoya el aprender métodos de escucha activa y empatía, no garantiza que mejoren las habilidades de comunicación clínica (Simpson et al., 1991).

Para ilustrar, un profesional de la salud que su formación se ha visto implementada el dicho plan de estudios, durante una consulta médica, utiliza preguntas abiertas, frecuentes resúmenes, clarificación, verificación de la comprensión del paciente, negociación de un plan de tratamiento junto con el paciente para que se siente más seguro, concordancia con el paciente al identificar la naturaleza y gravedad de la enfermedad y verificar que el mismo este cumpliendo con lo acordado, ya que es consciente de que estas prácticas afectarán de manera positiva la calidad y cantidad a la información que desea recopilar y el paciente con el que está tratando se sentirá escuchado y partícipe de la entrevista, lo cual lo afectaría positivamente a nivel psicológico, reduciendo así sus niveles de ansiedad, y a futuro, de insatisfacción ya que está relacionada al recibimiento de poca información, explicación clara y retroalimentación. Además, tiene intrínsecamente el deber esforzarse por recibir las percepciones del paciente sobre la enfermedad, sentimientos y perspectivas asociados, es decir, debe tener en cuenta la importancia de una perspectiva biopsicosocial (Simpson et al., 1991).

Cuando no se aplica el plan de estudio o hay una mala práctica, hay problemas de comunicación, las cuales son comunes e importantes para identificarlos y tratarlos. De esta manera, algunos factores que imparten un efecto negativo son el uso de preguntas cerradas, consejos y/o consuelos anticipados. Así como también el uso de tecnicismos que no están al alcance de la comprensión de la mayoría de los pacientes, lo que les provoca falta de entendimiento y/o recuerdo sobre lo que el profesional de salud de "explicó" sobre su diagnóstico y tratamiento. Es por esto que la insatisfacción del paciente, a futuro público, está vinculada con la precariedad de la comunicación empleada en las consultas (Simpson et al., 1991).

Por ejemplo, un médico que interrumpe a su paciente ni bien este empieza a describir lo que le aqueja porque cree que ya sabe la causa, hace que no se sienta escuchado y hay una alta probabilidad que su diagnóstico sea erróneo ya que no tomó en cuenta otras preocupaciones del paciente que serían de suma importancia para la recolección de datos. De esta forma, el paciente se va a casa con mas dudas que respuestas y con mayor desconfianza al médico, lo que conllevaría a quejas públicas ya que este paciente puede contar su experiencia para "prevenir" a las demás personas sobre lo déspota que puede ser el médico si van a una consulta con él. Aquí se evidencia que la mayoría de las denuncias de una mala práctica médica surgen por problemas/errores en la comunicación.

Habiéndose expuesto las consecuencias de una mala comunicación entre personal de salud y paciente, y cómo prevenirlas a través del desarrollo de las habilidades interpersonales y competencias comunicativas del profesional de salud en formación durante el pregrado por medio de un adecuado plan curricular, se considera que es importante para establecer y mantener una adecuada relación profesional de la salud-paciente.

Bibliografía

Cervera, A. (2020, junio 1). ¿Qué es la RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE y cómo debería ser en un futuro? SIMBIOTIA. https://www.simbiotia.com/relacion-medico-paciente/ 

Mendoza F., A. (2018). La relación médico paciente: Consideraciones bioéticas. Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia, 63(4), 555-564. https://doi.org/10.31403/rpgo.v63i2029 

Simpson, M., Buckman, R., Stewart, M., Maguire, P., Lipkin, M., Novack, D., & Till, J. (1991). Doctor-patient communication: The Toronto consensus statement. British Medical Journal, 303(6814), 1385-1387. https://doi.org/10.1136/bmj.303.6814.1385 

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